viernes, 23 de octubre de 2009

Y ahí estaba yo…

hOla a todos!!!
he tenido muy abandonado mi blog, pero es que esta semana fue se parciales en mi universidad =/ lo bueno es que se que me fue muy bien, creo que solo tendré un 9 en mi boleta en estadística pero bueno.. después les platicaré…
Mientras les dejo una historia que escribí hace tiempo, esta pequeña pero me gustaría compartirla con ustedes… Les agradecería su opinión…
Decidí  poner esa imagen porque, pues la verdad no sé, creo que va acorde con la historia….
*********
Y ahí estaba yo, preguntándome si valía la pena quererte como solo yo lo hacía, preguntándome si valía la pena vivir en aquel anonimato, en aquel sufrimiento, en aquella zona de desesperación por no poder decirlo en voz alta.
Me pregunté una y otra vez…y otra vez… y otra vez hasta que me perdí en el silencio de mis pensamientos; hasta que la manecilla del reloj se detuvo dejando en un silencio ensordecedor en aquella oscura habitación, donde tristemente fui a dar…
El tiempo se detuvo para mí, pero ya nada importaba, solo quería encontrar aquella respuesta que esperaba ansiosamente desde hace ya mucho tiempo…
Te escuché subir por las escaleras, fue entonces cuando levanté mi mirada del suelo, miré fijamente hacia la puerta esperando, rezando, implorando que no se abriera…
Te detuviste enfrente de ella, de eso estoy segura, segundos después, que para mí parecieron horas, vi a tu sombra alejarse lentamente, sé que sabes que yo estaba ahí adentro, sin embargo, preferiste no entrar. Quizás hubiera sido bueno que lo hicieras, hubiera puesto fin a aquella duda que me carcomía por dentro, fin a aquella duda que se alimentaba ferozmente de mis sueños e ilusiones…
Nuevamente aquel silencio se apoderó de la habitación, la insignificante luz que por debajo de la puerta entró desapareció seguido del ruido de tus pasos escaleras abajo, estaba sola, sola de nuevo. Creo que nunca había estado tan sola como en aquella noche llegué a estar, aquella noche en la que por fin decidí escuchar a esa pequeña y molesta voz que día a día me seguía, me perseguía, me abrumaba y me atormentaba por no saber si había tomado la elección correcta.
Es graciosa la manera en que la vida se burla de ti, y te echa en cara las decisiones que tomas… Te atormenta día tras día, tarde tras tarde, noche tras noche…
Quisiera decir que puedo recordar el momento exacto en que empecé a escuchar esa vocecilla, pero no, no recuerdo el momento exacto. Hubo un momento en que pensé que la voz era real, y que alguien, o algo, me estaba indicando el camino que debía tomar, pero… ¿y si no quería yo tomar ese camino?, quizás por eso nunca le hice caso totalmente.
No, no quería saber si me había equivocado pero tampoco quería saber si mi elección había sido la correcta.
No sé si era mi imaginación, lo más probable es que si, pero escuché tu voz claramente en aquella habitación, era como si estuvieses conmigo, a mi lado diciendo aquella frase que me mataba escucharla… con esa voz que me hacia irme en un viaje y soñar despierta… y no querer despertar jamás…
-Bárbara ¿estás ahí?
Contuve mi respiración, me tomó por sorpresa el escuchar tu voz detrás de la puerta, no escuché tus pasos acercarse, abrí los ojos vi tu rostro pero solo era una vieja fotografía que estaba tirada en el suelo.
-¿Bárbara?-
Seguí sin decir nada, no me atrevía a decir palabra alguna, esperé a que te marcharas pero no lo hiciste, ¿acaso te importo tanto?
-¿Cómo estás?
¿De verdad quieres saber como estoy? Dije para mi fuero interno sin atreverme a decírtelo. Pensé que si seguía guardando silencio te marcharías, pensarías que no había nadie y volvería a estar sola en aquella habitación, pero no quería, no quería que te marcharas, quería más que nada abrir la puerta y verte, abrazarte y no dejarte ir… nunca.
Los minutos se reían de mí mientras esperaba que te fueras, pasaban lentamente burlándose en mi cara, acariciándola y haciéndome saber que no importa cuánto tiempo pasase te quedarías ahí… al otro lado de la puerta.
Mi sorpresa fue grande cuando escuché que te ibas, oí tus pasos alejarse cono anteriormente lo habían hecho… finalmente conseguí lo que esperaba, estar sola, de nuevo. Me levanté del rincón en que estaba desde hace ya tantas horas y me acerqué a mi cama, tomé una pequeña almohada y me dirigí a la ventana, acomodé mi almohadilla y me acosté en la orilla.
-Si alguien abre la puerta sabrán que estoy aquí- dije pero no me importó y me acosté viendo hacia el techo y parte del cielo.
Era ya de noche, tenía un poco de frío y sentía unas inmensas ganas de llorar, abrasé un pequeño oso que me trajo muchos recuerdos, sonreí por tenerlo cerca de mí…
-No importa cuanta distancia exista entre nosotros siempre, siempre estaré ahí junto a ti.- dijiste…
Hubo otro silencio… Una parte de mí sabía que era mentira lo que habías dicho, que las palabras que salían de tu boca no podían ser verdad y que solo lo decías para hacerme sentir bien ya que solo faltaba unos cuantos días para que las cosas cambiaran entre nosotros... al final y al cabo las palabras se las llevaría el viento y ya nada sería igual…
********
-Si- dijiste y nuevamente tu voz me hizo sentir esa extraña sensación en la boca del estómago, el piso daba vueltas y solo podía ver una gran sonrisa en tu rostro
Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no quería llorar, no podía… no ese día. Las dos semanas que quedaban habían pasado tan rápido que no me había dado cuenta…
-Perdí- murmuré... Ariana, que estaba a un lado mío volteó a verme, traté de sonreír pero creo que mi sonrisa fue la más fingida que he hecho nunca…
-¿Segura que estas bien?- me preguntó con esa mirada comprensiva tan característica de ella…
-Sí, estoy bien, no te preocupes…- contesté con voz apagada
Ariana me abrazó y una lagrima resbaló por mi mejilla… no podía ocultarlo más, era hora de irse…
-creo que es hora de irnos Ariana-
-¿No te quedarás a hablar con él?
-No, ya no tiene caso…-
Me levanté de la silla, Ariana hizo lo mismo y caminamos en silencio por aquel pasillo, estaba segura no volvería a poner un pie jamás en esa iglesia….Llegué a la puerta y volteé para verte por última vez… había muchas personas alrededor de ti… lucías tan feliz, no debía opacar ese momento…
-Espero que seas feliz- dije observándote desde lejos
Volteaste a verme y nuestras miradas se cruzaron… sé que dijiste mi nombre, debía irme pero no quería, quería grabarte en mi memoria para no olvidarte jamás… Mariana lucía hermosa en su vestido de boda, se notaba que estaba feliz, sonreía sin cesar a todo aquel que se acercaba a felicitarla sin embargo no me importó, permanecí ahí en la entrada de la iglesia observando cómo te casabas… observando cómo te perdía… Ariana me tomó del brazo y me jaló suavemente, volteé a verla y asentí… esta vez salí de la iglesia sin voltear… las cosas entre nosotros ya habían cambiado, para bien o para mal…

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